Valencina-Guzmán encierra los restos más importantes de Europa en el calcolítico. Las investigaciones y catas con los más actuales métodos hablan de cientos de objetos patrimoniales bajo tierra; todos ellos de incalculable riqueza para la ciencia y para el territorio.
Hace tres años se constituyó una plataforma ciudadana –en la que estaban, entre otras, las asociaciones de defensa del territorio y el patrimonio del Aljarafe Norte- para reclamar la construcción de un carril bici que uniera las dos poblaciones. Una reivindicación por un modelo de territorio al servicio de las necesidades del ciudadano. Todos sabían que el recorrido prefijado tenía zonas delicadas, ya que atravesaba la zona dolménica. El reto era armonizar el carril con los posibles hallazgos, lo que haría que surgiera uno de los nuevos atractivos para visitas turísticas: un carril bici respetuoso que facilita la visita al yacimiento.
Pero en el transcurso de la obra sucedió algo imprevisible. Por un error humano o por una decisión precipitada –existen las dos versiones de los hechos-, no se ejecuta el proyecto tal cual está diseñado y en una zona donde se sabía que había restos arqueológicos, se realiza una excavación mucho más profunda de lo que fijaba el proyecto de construcción. De tal forma al ejecutarse la obra de forma distinta al proyecto aprobado, aparecen a la luz restos de enorme valor, en concreto, tres dólmenes, uno de ellos de un potencial incalculable. A partir de ahí la actuación a las autoridades municipales de Valencina con la connivencia de la Diputación de Sevilla y la Junta de Andalucía ha sido una agresión al territorio, a los recursos, una salvajada propia de bárbaros o de políticos desalmados que solo piensan en inaugurar el carril bici a toda prisa antes de las elecciones. La falta de un proyecto estratégico para el territorio, los intereses personales y partidistas, la desidia, están poniendo en peligro el riquísimo valor de la zona.
Han sido toda una sarta de de desatinos e irregularidades que denunciamos públicamente:
- Han cometido el gravísimo error de ejecutar la obra sin respetar el proyecto aprobado, provocando un problema enorme al dejar al descubierto restos arqueológicos de primer nivel.
- Ante el error, la administración contratante de la obra –o sea, la Diputación de Sevilla- debería haber ejecutado el aval que obligatoriamente ha debido pagar la empresa constructora previamente al inicio de las obras, para sufragar los gastos imprevistos y necesarios para la debida investigación arqueológica completa y tomar las medidas para la protección y conservación de los restos.
- Si esto fue un error humano, también podía la Diputación reclamar para que el seguro de responsabilidad civil del profesional o profesionales causantes del desastre, haga frente a los gastos derivados del error.
- Los citados hallazgos han motivado una modificación del trazado del carril, afectando de lleno a la zona A11 calificada de alto valor arqueológico, pero sin realizarse una excavación previa. Fue como una aparición de la noche a la mañana.
- Las obras han continuado con trasiego de maquinaria pesada justo al lado de los dólmenes descubiertos y sin que hubiese un proyecto de protección y conservación.
MESA CIUDADANA: VALENCINA HABITABLE, ASOCIACIÓN LOS DÓLMENES, ATENEO DE VALENCINA, ASOCIACIÓN FORESTIER DE CASTILLEJA DE GUZMÁN, ADTA